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alegoría a los ángeles músicos

Manufactura hispano-flamenca, escritorio siglo XVII, pie cerrado finales del siglo XVIII

Marquetería en maderas diversas, marfil y concha de tortuga con moldura rizada y aplicaciones en plata fundida, cincelada y recortada con bronce dorado al fuego.

 

Descripción, comentarios constructivos y decorativos:

 

 

 Sobre un pie cerrado, a modo de taquillón, con dos puertas ornamentadas mediante chapas y molduras rizadas en ébano con aplicaciones de concha de tortuga y elementos decorativos en plata y bronce con guirnaldas florales y ángeles músicos al frente, mientras que en los laterales esta compartimentación está exenta de las aplicaciones metálicas. Sobre el se sitúa este escritorio arquitectónico.

 

 

La compartimentación frontal del escritorio esta dividida en tres calles verticales, destacando la central a modo de portada o frontispicio, con tres columnas, con fustes de carey y capiteles corintios realizados en bronce al igual que las bases que descansan sobre un zoclo. Las columnas enmarcan dos puertas fingidas o nichos decorados en plata con dos ángeles grandes, con una arquitrabe superior sobre la que se sitúa una balaustrada rematada por tres pináculos. Los laterales de este cuerpo superior están decorados también con ángeles músicos y guirnaldas florales, con cabezas de angelitos, realizadas en plata y bronce.

 

 

El frontispicio o portada central se abre mediante dos puertas verticales, con espejos en la parte interior, articuladas mediante charnelas de giro o bisagras realizadas en hierro dorado al igual que la cerradura. El interior de esté se articula como un salón o galería palaciega, con una perspectiva ilusionista mediante el empleo de espejos, columnas y un piso ajedrezado. Todo ello flanqueado por dos hileras de cuatro gavetillas, cada una con pequeñas jaladeras de marfil.

 

 

 

Las dos calles laterales constan de cuatro registros horizontales, formados por sendas gavetas decoradas, centralmente, con diversos ángeles músicos, realizados en plata cincelada en su color natural, que sorprendentemente no se repiten, insertos en otros elementos decorativos, vegetales y florales, realizados en bronce, cincelado y dorado, de clara influencia manierista. Las tres calles están revestidas en concha de tortuga con moldura rizada en ébano y en las gavetas de las dos calles laterales destacan los motivos decorativos en plata y bronce.

 

 

 

 

La parte inferior del cuerpo superior está compartimentada con dos gavetas rectangulares, enmarcadas por molduras rizadas. De está se extrae un tablero horizontal que permite la acción de escribir, similar a la tapa abatible de otras tipologías. Este tablero, al igual que los dos cajones superiores están revestidos en marquetería, siguiendo un dibujo geométrico, realizado en diversas maderas y marfil.

 

 

 

 

Constructivamente el mueble esta elaborado internamente en madera de pino y las gavetas o cajones en madera de jacaranda o palo de rosa, todo ello revestido o enchapeado en concha de tortuga o carey sobre fondo rojo pintado con molduras en ébano y maderas tropicales con finas líneas en marfil siguiendo diseños geométricos marqueteados en algunas secciones. Por las excepcionales aplicaciones en plata y bronce estamos, sin lugar a duda, ante un magnifico mueble por encargo ya que no se conoce otro similar.

La moldura rizada, popularmente conocida como “yarda china”, llego a Europa a partir del siglo XVI y, sobre todo, en el siglo XVII, a través de los muebles asiáticos transportados mediante el Galeón de Manila y otros barcos pertenecientes a diversas Compañías de Indias Occidentales que diferentes países europeos emplearon para su comercio con Asia como ocurría, por ejemplo, con Inglaterra y los Países Bajos. En este sentido, al puerto de Amberes llegaron buena parte de esos navíos que trasladaban especias, maderas exóticas, muebles, porcelanas y objetos de exportación, entre otras muchas mercancías. 

Durante el siglo XVII Amberes se convirtió en un importante centro productivo de muebles que se exportaron por toda Europa como acreditan las relaciones de la firma Forchoudt, cuyo fundador Melchor fue un reconocido ebanista establecido en esa ciudad desde 1605, especializado en escritorios, papeleras y contadores. Su hijo se dedicó a trabajar muebles realizados en maderas preciosas como el ébano y la jacaranda con aplicaciones de concha de tortuga, marfil y elementos en bronce y plata. La firma exportaba esos muebles de lujo a Francia, Holanda, España y Portugal, además de Viena donde se establecieron algunos miembros de la familia.  A mediados de siglo fundaron oficinas en Lisboa, Sevilla y Cádiz para satisfacer los diversos encargos que les realizaban nobles y cortesanos hasta el siglo XVIII, puertos a los que llegaban buena parte de esas mercancías. La tipología, estructura y decoraciones de esos escritorios flamencos se mantiene durante el siglo XIX y principios del siglo XX al ser considerados los muebles más

característicos de la nobleza y de la incipiente burguesía europea que quería emular el gusto y las decoraciones palaciegas de los cortesanos de la época. 

 Autor: Juan Manuel Corrales

Lun ‒ Vie: 11 ‒ 17 hrs
Sab – Dom: Cerrado

Londres 161, Juárez
Cuauhtémoc, 06700
Ciudad de México, CDMX